Gestión de quejas y feedback: convirtiendo problemas en oportunidades
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| Imagen creada con ayuda de IA con fines ilustrativos |
Te soy sincera: cuando alguien me lanza una queja, la primera reacción suele ser molestarme un poco. No es agradable escuchar que algo no ha salido bien, ¿a quién sí? Pero con el tiempo me di cuenta de que esas quejas no son el enemigo, sino un regalo envenenado.
¿Por qué? Porque quien se toma el tiempo de decirme “esto no me gustó” o “me fallaste aquí”, en realidad está dando una oportunidad para arreglarlo. Y eso no pasa siempre, muchas personas simplemente se van sin avisar, y eso duele mucho más.
- Escuchar sin interrumpir, para entender no solo las palabras, sino la emoción detrás.
- Responder con empatía, reconociendo lo que la persona siente y validando su experiencia.
- Actuar rápido, porque la agilidad demuestra compromiso y respeto por su tiempo.
Lo mejor de todo es que, cuando hago bien este proceso, casi siempre convierto esa experiencia complicada en algo positivo. Clientes que vuelven, que recomiendan, que sienten que están en buenas manos.
Así que, si me preguntas cómo veo las quejas, te diré que para mí son la mejor forma de crecer, de aprender y de hacer mejor mi trabajo cada día.
Si quieres resultados reales,
escríbeme ahora y cambia tu experiencia desde hoy.

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